Una vez más un corazón se para. Lo hace no porque la naturaleza dice que hasta aquí hemos llegado. No porque una larga enfermedad acabe con sus fuerzas. No porque un desdichado accidente le obligue a dejar de funcionar....Lo hace porque unos ASESINOS lo han determinado.
Ignacio Uría, de 71 años, empresario vasco, vecino de la localidad Guipuzcoana de Azpeitia fue asesinado ayer por dos disparos cobardes que le arrebataron la vida.
¿Por que era empresario? ¿Por que construía la llamada Y vasca? ¿Por qué no pagaba el impuesto revolucionario? NO, no a todas la preguntas. Le mataron por antojo, por capricho, porque no saben otra cosa que asustar y amedrentrar a la ciudadanía. Porque se llenan la boca de palabras como libertad y son quienes privan de ella a sus conciudadanos.
Mi mas sentido pésame a la familia, amigos, y mi más enérgica condena y repulsa por este crimen que debe ser resalcido con el FIN de eta. Que la fuerza del Estado, la unión de los partidos políticos y los ciudadanos y el peso de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado caiga sobre estos dementes y les conduzca a un callejón sin salida para que jamás tengamos que volver a escuchar que ninguna persona deja de vivir por paranoias utópicas.
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