LA HISTORIA DE LOS ABETOS CAIDOS

Erase una vez, 11 abetos que llegaron a Torrejón.
El alcalde y el concejal de cultura, amantes de los fastos a cualquier precio, decidieron "plantar" abetos gigantes en las rotondas de nuestra ciudad.
Las navidades transcurrieron como cualquier navidad; villancicos, turrón, uvas... pero no todos eran felices.
Los abetos estaban muy tristes porque , a pesar de que eran vistosos aunque no tenían muchas luces, les colocaron una "faldiquera" con el nombre de un patrocinador(este gesto tuvieron que hacerlo porque las criticas llegaban incesantemente desde todos los barrios).Era la manera de disimular que de 24.000 euros se patrocinaban 9.000.
Cuando terminaron las fiestas, los arboles seguían plantados sin pena ni gloria. Ya nadie se acordaba de sus figuras y de su misión. Por eso y después de 11 días del termino de Reyes, el aire ayudo a loa abetos a intentar escapar, con tan mala suerte que se desplomaron dos en el intento de huir.
Los bomberos tuvieron que acudir y con una radial cortaron el cuerpo de los arbolillos moribundos.
Aún así, la suerte se alió con ellos, y no destrozaron ningún coche que circulaba o cayeron encima de algún ciudadano que pasara cerca.
A pesar de este incidente, el alcalde ficticio, Pedro Rollán, responde que "al gobierno anterior nunca le pudo pasar esto porque no ponían los arboles".
Pedro, querido, toda la ironía guardala y aprende de los errores. No todos serán aciertos, que seguro los habrá. Recapacita, aislate de tu Pepito grillo Navarro y sé sensato. Hay que tener más cuidado y exigir a las empresas que abetos de tal tamaño pueden caerse con el viento y hay que retirarlo cuanto antes.
Y aquí termina la historia de unos pobres arbolillos, que aunque eran de plástico, fueran "talados" por descuido del alcalde.